lunes, 17 de noviembre de 2008

Guillaume Apollinaire

Y el escritor de hoy...

Guillaume Apollinaire

(Francia, 1880-1918)
Apollinaire
Poeta, novelista y ensayista francés, que nació en Roma y estudió en el liceo Saint-Charles, de Mónaco. Editó unas cuantas pequeñas revistas de poesía, en las que empezó a publicar sus primeras obras. Entre ellas destaca Les Soirées de Paris (1913-1918). Debido a sus intentos por sintetizar la poesía y las artes visuales, Apollinaire ejerció una importante influencia tanto en la poesía como en el desarrollo del arte modernos. Los pintores cubistas (1913) es un documento decisivo al respecto; otras obras suyas en prosa incluyen la novela simbólica El poeta asesinado (1916), basada parcialmente en sus experiencias como soldado en la I Guerra Mundial, y el drama Los pechos de Tiresias (escrito en 1903; pub. en 1918). Se considera que con esta última obra Apollinaire introdujo el surrealismo, y de hecho pasa por ser el primero que utilizó ese término. Su reputación se basa sobre todo en sus dos volúmenes de poesía, Alcoholes (1913), considerada su obra maestra, y Caligramas (1918). Sus versos se caracterizan por la ausencia de puntuación y las experimentaciones formales con una tipografía de carácter pictórico muy característica suya.

Guillaume Apollinaire
El cuarto poema secreto, de Poemas a Madeleine

" Mi boca tendrá ardores de averno,
mi boca será para ti un infierno de dulzura,
los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón,
mi boca será crucificada
y tu boca será el madero horizontal de la cruz,
pero qué boca será el madero vertical de esta cruz.
Oh boca vertical de mi amor,
los soldados de mi boca tomarán al asalto tus entrañas,
los sacerdotes de mi boca incensarán tu belleza en su templo,
tu cuerpo se agitará como una región durante un terremoto,
tus ojos entonces se cargarán
de todo el amor que se ha reunido
en las miradas de toda la humanidad desde que existe.

Amor mío
mi boca será un ejército contra ti,
un ejército lleno de desatinos,
que cambia lo mismo que un mago
sabe cambiar sus metamorfosis,
pues mi boca se dirige también a tu oído
y ante todo mi boca te dirá amor,
desde lejos te lo murmura
y mil jerarquías angélicas
que te preparan una paradisíaca dulzura en él se agitan,
y mi boca es también la Orden que te convierte en mi esclava,
y me da tu boca Madeleine,
tu boca que beso Madeleine.
"



Guillaume Apollinaire
Porvenir, de El vigía melancólico

" Cuando tiemblen de pánico los poderosos ricos
cuando en señal de miedo levanten sus manos
serenas ante el fuego las casas se derrumben
los desnudos cadáveres tirados por los caminos
iremos a contemplar la sonrisa de los muertos
caminaremos muy lentamente con los ojos cautivados
registrando con los pies bajo los patíbulos de las mandrágoras
sin pensar en los heridos sin lamentar sus vidas.
Correrá la sangre y sobre los rojos pantanos
inclinados contemplaremos serenamente nuestros rostros
miraremos en los trágicos espejos la muerte de los amantes y la caída de las casas
tendremos mucho cuidado en conservar puras nuestras manos
y de noche lo mismo que Nerón admiraremos el incendio de las ciudades
el desplome de los muros
y como él con indolencia cantaremos
cantaremos el fuego la nobleza de las fraguas
la fuerza de los zagales
los gestos de los ladrones
la muerte de los héroes
y la gloria de las antorchas
que forman una aureola alrededor de cada frente
la belleza de la primavera y los amores fecundos
la dulzura de los ojos azules que la sangre satisface
el alba que despunta y el frescor de las olas
la dicha de los niños y la eterna existencia.
Pero no cantaremos más
ni el mirto de las viudas
ni el honor de obedecer
ni el son de los cañones
ni el pasado
pues la claridad del nuevo día, no hará que vibre siquiera la estatua de Memmon
luego bajo el sol se pudrirán los cadáveres
y muchos otros hombres que morirán en libertad
el sol y los muertos en las tierras que se siembran darán la belleza rubia y la fecundidad
y más tarde cuando la peste haya purificado la tierra
en dulce paz viviremos los bienaventurados hombres, apacibles y puros
pues los lagos y los mares serán suficientes para lavar la sangre de las manos.
"






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